Allá por marzo, la mayoría de los artistas independientes de Marcos Juárez estábamos armando la agenda anual, con proyectos, ideas y los deseos de comenzar las actividades, que a pesar de ser amateur, conllevan gran compromiso.
Con la cuarentena, esta agenda se vio inmediatamente congelada e interrumpida, la rearmamos sin suerte, y el tiempo nos exigió reinventarnos para sobrevivir al encierro.
Tuvimos que aprender a editar un vídeo casero para plasmar nuestras nuevas ideas, las que surgían de las largas horas de ocio creativo, porque al artista nada lo detiene.
Y entonces, ocurrió el milagro, comenzamos a vernos en los celus y en las compus, adaptados a esta llamada nueva normalidad. ¿?
#MequedoenCasa fue la consigna y gracias a las redes sociales se logaron colaboraciones, cruces entre disciplinas artísticas diversas con el objetivo de no adormecerse, de crear, de enriquecer y enriquecerse y fortalecer los lazos afectivos, a pesar de la distancia.
Árbol de Sal se transformó en un clásico de los domingos, Daniel Dellarossa cantó para los vecinos en la puerta de su casa, los alumnos y docentes del CEPEA llegaron con el teatro, Guerreros y sus peñas virtuales, Gaciela Radil con sus ilustraciones, coreografías solitarias de bailarines en el living de casa, (o Angie Bengoechea en la terraza..!), el Tato Montiel no dejó un día sin cantarnos, Maricel Di Yenno nos narró cuentos, María José Payero cantó para los niños (y no tan niños!!), Lula Almoualem y sus dibujos y video/animaciones, La Encontrada nos regaló chacareras, Triplemedia compartió su registro fotográfico del antiguo Marcos Juárez, Caro López cantó desde su patio y yo comencé a compartir mis lecturas.
¡Los artistas comunicamos nuestras ideas y mostramos nuestras casas a través de las pantallas!
Cuando nos dieron permiso, salimos a las calles, Diego Sartori dio serenatas a abuelos y cumpleañeros, Artistas de Marcos Juárez coparon los edificios y bailaron y cantaron. Luego las convocatorias de la Cultura Municipal y más peñas virtuales, todos estando con todos.
Pero no es suficiente. Los artistas los necesitamos a Ustedes, el público que nos abraza con el aplauso, el que nos acompaña en un ensayo o el que te detiene en la calle para decirte “gracias”.
Esta reflexión es un resumen (sesgado y acotado por cierto) de lo que opino como parte integrante de la comunidad artística local, y sé que en este momento todos los ciudadanos pasamos por situaciones complejas, sin excepción.
El arte es sanador, no solo para el público destinatario sino para los propios efectores culturales.
¡Ya nos abrazaremos, cuando pase esta puta pandemia!
* Director Artistas de Marcos Juárez